La primera silla de estudio con ruedas
La silla es un elemento tan cotidiano en nuestras vidas que apenas reparamos en su presencia. Como no nos planteamos su origen podemos pensar que este es antiquísimo, y así es: algunas teorías afirman que ya había sillas hace 5.000 años. Sin embargo su uso no se generalizó hasta el Siglo XVI.
Sillas hay de muchos tipos y para diversos usos; en este post queremos hablar de las ergonómicas sillas que todos disponemos en nuestra habitación u oficina y que nos proporcionan máximo confort durante nuestras jornadas de estudio o de trabajo.
El origen de dichas sillas está en la primera vez que a una persona se le ocurrió poner ruedas a una silla convencional… ¿sabes quién fue el responsable de tan brillante idea?
¡¡¡Pues nada menos que a Charles Darwin!!!
Así es, estando en el laboratorio de su casa en Inglaterra se dio cuenta que para analizar las diferentes especies que allí tenía necesitaba desplazarse de forma rápida, cómoda y sencilla por la habitación sin levantarse de su butaca.
La solución que ideó fue la de sustituir las patas de dicha butaca por otras de hierro que extrajo de una cama.
Una butaca con ruedas: la solución ideal para poder desplazarse por una habitación pudiendo permanecer sentado todo el tiempo.
Un elemento cotidiano en todos los hogares que surgió de la incansable mente creativa de un auténtico genio.